¿Por qué tomar un masaje?

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Muchas pueden ser las razones. Una de las más importantes hoy en día, es la de llevar, conciencia corporal a través de la postura, para mejorar la calidad de estar, en cualquier ámbito o situación de la vida.
El masaje es una herramienta que permite enriquecer al cuerpo con experiencias de movimientos segmentarios y globales. Libera el movimiento articular y respiratorio, lo que permite mejorar las respuestas de adaptación y disponibilidad corporal. Esto se logra a través de suaves presiones y movimientos de palma, dígitos, antebrazos y codos, rotación, estiramiento, flexión, sin movimientos intempestivos.
El receptor, no es pasivo sino que recibe constantemente información por contacto, sobre como se encuentra su estructura esquelética muscular y sus ritmos corporales. Lograr hacer saludable nuestra postura implica un desafío que no depende solamente del terapeuta, sino también del compromiso que el receptor este decidido a tomar consigo mismo, poniendo atención a esta nueva herramienta de conocimiento personal.
La postura es un hábito, se aprende y a veces se instala creando patologías. La tan conocida contractura, no es nada más ni nada menos que una constante contracción muscular a la cual se encuentra sometido un músculo sin su adecuada relajación. Sorprendentemente nosotros mismos las producimos, provocándonos: cefaleas, dolores de cuello, de columna lumbar, de cintura, dolor de ciático, cansancio excesivo, hernias de disco, stress, problemas gástricos, insomnio, entre otras.
La contractura es un síntoma que puede expresarse en alguna zona del cuerpo en forma constante, pero que bien podría tener sus orígenes en algún vicio postural, distal de donde aparece.
Es la función de una terapeuta corporal, a través del masaje, facilitar, al receptor la mejor manera de encontrar su bienestar, que le posibilite habitar su cuerpo de manera saludable y consciente.

María José Patiño Yancomay –Terapeuta Corporal-

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